Organizaciones religiosas unidas por la niñez
07.09.2023 Paola Calderón Fuente: Matices, el blog de Paola Calderón
El Programa Centralidad de la Niñez (PCN) es una mancomunidad interinstitucional creada en 2009 está integrada por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), World Vision América Latina, Cáritas Latinoamérica, la Federación Internacional Fe y Alegría, la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos (CLAR), Confederación Interamericana de Educación Católica (CIEC) y el Movimiento Juntos con la Niñez y la Juventud.
Propiciar espacios de incidencia pública, privilegiar la educación como herramienta transformadora, consolidándose como un espacio de formación continua, para ser portadores de paz, reconciliación y perdón; hacen parte de sus tareas.
Tan solo en 2021 la Fiscalía General del Estado boliviano reportó 46 infanticidios, frente a 34.800 casos de violencia contra menores y mujeres. Es decir, 95 casos de violencia por día.
Compartir buenas prácticas desde las experiencias exitosas que buscan prevenir la violencia contra los menores de edad es uno de los objetivos del Programa Centralidad de la Niñez que a través de la firma del Convenio Interinstitucional con la Iglesia boliviana, inicia oficialmente sus labores en el país andino.
La meta es impulsar acciones que desde la incidencia pública contribuyan a la promoción de los derechos de las niñas, niños y adolescentes, visibilizando sus voces y animando su participación en diversos espacios.
Una causa común
Durante la presentación de la iniciativa efectuada en la sede del episcopado boliviano, los asistentes participaron en una reflexión ecuménica sobre la espiritualidad del cuidado. Un acto que dio paso a las intervenciones de algunos de los socios del programa, entre los que estaban las Iglesias representadas por Mons. Giovanni Arana, secretario general de la Conferencia Episcopal boliviana, Camila Maldonado de la Organización Visión Mundial y Marco Laguatasi, asesor del programa Centralidad de la Niñez en Latinoamérica desde el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM).
Según los datos globales presentados por Mons. Giovanni Arana “el 58 % de niños y niñas sufrieron abuso físico, emocional y sexual en el último año, mientras que en Bolivia, durante el 2021 la Fiscalía General del Estado, reportó 46 infanticidios, frente a 34.800 casos de violencia contra menores y mujeres. Es decir, 95 casos de violencia por día, una cifra que lamentablemente sigue en aumento año tras año”.
Realidad que en sus palabras es urgente cambiar si tenemos en cuenta que los adultos tienen “la responsabilidad de respetar y hacer respetar los derechos de la niñez e iniciar un proceso de conversión que transforme cada espacio de convivencia en uno libre de violencia que garantice seguridad para los niños”. Para la Iglesia boliviana el compromiso con la niñez, también está dirigido hacia la enseñanza de la fe y la persona de Jesús, compromiso que se ratificó con la firma del convenio.
Al respecto, el prelado afirmó que la responsabilidad de proteger a los niños debe extenderse a todas las facetas de la actividad pastoral, incluido el acompañamiento de los menores en el contexto de su vida familiar y los procesos de iniciación cristiana en la fe, como es el caso de la catequesis.
Entornos seguros
A su turno Camila Maldonado de Visión Mundial se refirió al consumo de alcohol y las dificultades para comunicarse como dos de las principales causas de la violencia contra los menores. Fenómeno en el que se mantiene la concepción de que la "violencia es la mejor manera de educar a los hijos" afirmación respaldada por los resultados de un estudio según el cual el 45% de los niños, niñas y adolescentes de Bolivia, sufren violencia al interior de sus hogares, el 30,6% en las escuelas y el 24,6% en el barrio.
Al respecto Marco Laguatasi recordó que el programa Centralidad de la Niñez en Latinoamérica actúa como una red de redes. Un programa que articula fuerzas para erradicar todo tipo de violencia contra los niños en los países del continente. Entonces oficializar sus actividades en Bolivia es muy importante porque las organizaciones socias que aglutinan a una gran cantidad de niños y niñas y adolescentes, demostrarán su espíritu sinodal al comprometerse con la lucha por sus derechos, dándoles protagonismo y alzando la voz frente a todas las atrocidades que suceden en su contra.
"La realidad de los niños en Bolivia como en la mayoría de los paises de América Latina es de un alto índice de violencia que cada vez está más normalizado. Los espacios que deberían ser seguros como la familia, la escuela y las iglesias no lo son," afirmó por lo que constituye un grupo poblacional vulnerable e impedido para desarrollarse sanamente, un contexto en el que es muy importante que el Programa Centralidad de la Niñez logre un buen nivel de incidencia en la sociedad boliviana.
Un cambio de cultura
De acuerdo con el asesor del Celam, el trabajo del Programa Centralidad de la Niñez en Bolivia, está pensado para que muchas organizaciones se unan articulando fuerzas, participando en el diseño del Diplomado para los multiplicadores de ternura y buen trato, avalado desde lo académico por el Cebitepal, donde los agentes de pastoral, pastores, sacerdotes y en general las personas que trabajan con niños, niñas y adolescentes, obtendrán herramientas para el desarrollo efectivo de sus labores, aportando al cambio de cultura sobre el manejo de los niños y el fortalecimiento de las capacidades para el trabajo diario con esta población considerada como vulnerable.
Igualmente explicó que dentro de las acciones del Programa Centralidad de la Niñez está la Escuela de Liderazgo para Adolescentes que busca generar herramientas para que los jóvenes de las organizaciones sean sujetos de derechos, conscientes de lo que merecen y las formas en las que pueden ser vulnerados en su dignidad.
Conocimientos que deben estar claros para propiciar una cultura de paz. Sin olvidar que se acerca una actividad insigne para el Programa Centralidad de la Niñez: la "Caminata Huellas de ternura" que se iniciará en mayo de 2024 y confía sea un tiempo de muchas actividades que ayuden a sensibilizar a todo el pueblo de Dios, especialmente a las familias, cuidadores y adultos sobre la importancia de trabajar por el bienestar de la niñez que necesariamente desde las instituciones debe contar con protocolos de protección y prevención para niños, niñas y adolescentes.
Así, el Programa Centralidad de la Niñez busca cobijar a las instituciones y organizaciones para trabajar en acciones que en cada país deben adaptarse a su realidad.
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